Leda Artavia - El Abrigo Verde

1. Leda Artavia
2. Modelo
3. Puerto Rico

El Abrigo Verde

Podría ir, tocarle la puerta, decirle que vengo a recojer el abrigo que deje aquella noche.

Me abre la puerta, me permite entrar, yo le hablo de algún tema x, de la linda tarde, de lo chiva que está el parquecito de la par.

Caminamos, busca el abrigo, me lo entrega, lo recibo, se da vuelta, tomo su cuerpo por la cintura, me acercó a su oído, no le digo nada, siento como se estremece.

Aún con mis manos en su cintura, giro su cuerpo, miro sus ojos, espero a que reaccione.

Una sonrisa se escapa de su boca, la cual se refleja en la mía, me acerco aún más, oscilo entre su nariz y su barbilla, aún no juntamos nuestros labios, nos acariciamos con la respiración.

Una caricia más, que nos empuja a lo inevitable, labios, pasión, lengua, aumenta la tensión... Un descanso, un ligero mordisco en el labio inferior.

Los cuerpos avanzan uno para átras otro para adelante, una pared detiene la marcha, una pared lisa en mi espalda, mi pecho sobre su cara.

Pude haber llamado, preguntado si iba a estar en casa, si podía pasar por el abrigo verde que olvide en su sillón. Pero en cambio, decide ir de sorpresa, no avisarle, no decirle que en realidad iba para terminar lo que empezamos aquella noche.

Hace mucho necesitaba hacer esto, le digo en el oído, aún con mi espalda contra la pared, no hay palabras, solo una risa casi sarcástica. Los labios, uno encima del otro, sus manos suben a mi rostro, se detiene, me mira a los ojos, va a decirme algo...

Pude haber preguntado si iba a estar, pude no haber caminado hasta allá. Pero camine y estuve un tiempo admirando la linda tarde en el parquecito de la par.

Me acerque a su puerta, de verdad quería tocar, pude haberlo hecho, pudo no estar.

Pude haber tocado su puerta, y decirle que solo venía por el abrigo, pero no lo hice, no pude, regrese al parquecito, me sente, lo pense, y empece a caminar, no llame, no avise, no toque, no entre, simplemente tuve miedo, ¿miedo a que ?

Tuve miedo, de que cuando se volviera, mis manos tomaran su cintura...